La Bioética como solución a la violencia
La Bioética como solución a la violencia: de género, mobbing, bornout.
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Violencia
por motivos de género: un precio demasiado alto
La violencia por motivos
de género es la violación de los derechos humanos más generalizada y más
tolerada socialmente. Es infligida preponderantemente por hombres contra
mujeres y niñas. Las supervivientes de esta violencia suelen padecer a lo largo
de toda su vida trastornos emocionales, problemas de salud mental y mala salud
reproductiva.
La violencia por motivos
de género puede ser infligida por compañeros íntimos, miembros de la propia familia,
conocidos o extraños.
La eliminación de la
violencia por motivos de género es una condición fundamental para lograr la
igualdad entre hombres y mujeres y el empoderamiento de la mujer. El término
abarca la violencia doméstica, las formas de maltrato sexual y psicológico y
las prácticas nocivas, entre ellas la mutilación genital.
La violencia doméstica es
la forma más común de violencia por motivos de género.
Desde hace mucho tiempo,
la violencia contra la mujer ha quedado oculta por una cultura de silencio. La
violencia no se denuncia debido a la vergüenza, el estigma y el temor a la
venganza. Es frecuente que se culpe a las mujeres por la violación que han
sufrido. Una de las razones de que las mujeres guarden silencio es que en
muchas sociedades la violencia contra la mujer se acepta como un aspecto
“normal” de las relaciones de género.
Una forma de violencia es
privar a la familia de medios de supervivencia o seguridad financiera, o dañar
los bienes o los negocios. No obstante, raramente hay un reconocimiento
jurídico de este tipo de intimidación.
Aun cuando la violencia
por motivos de género afecta a las mujeres de todas las clases sociales, la
pobreza y la falta de educación son factores de riesgo adicionales, Elevar los
niveles educacionales puede contribuir a prevenir la violencia, ampliando los
medios de acción de las mujeres jóvenes.
Algunas iniciativas han
captado grupos de hombres para que promuevan la cultura de “tolerancia nula”
respecto de la violencia por motivos de género.
Mobbing
El mobbing, por su parte, representa una problemática en el área laboral, algunos de los sinónimos para este término son: acoso moral, acoso psicológico, acoso medioambiental o psicosocial, hostigamiento psicológico, psicoterror laboral, entre otros; se utiliza para describir situaciones en las que un sujeto se convierte en blanco o diana del grupo al que pertenece, siendo sometido por éste o por alguno de sus miembros, a una persecución que le va a producir importantes trastornos en su salud, tanto física, como psíquica, siendo necesario en muchos casos la asistencia médica y psicológica, lo anterior dándose en un escenario laboral. Para considerar y poder identificar un caso de mobbing, es necesario que cuente con una continuidad, siendo que el acoso no se de en un solo instante, sino a través del tiempo; el sujeto paciente, suele ser una sola persona, la afectada; la finalidad, que normalmente es la destrucción, el aislamiento y la migración de la víctima; las conductas, suelen ir dirigidas a atacar distintos aspectos de la persona, la dignidad, vida privada, capacidad laboral; la manifestación injusta de la situación y de las conductas. Para que se pueda llevar a cabo el mobbing, se necesitan de tres factores por lo menos, una víctima, un acosador y la complicidad de quien asiste a ese maltrato. Los factores más importantes que propician un acoso laboral son, escasas relaciones con los compañeros, niveles extremos de exigencia laboral, un empleo inseguro y deficiencias en la política de personal y falta de valores comunes.
El
mobbing en el trabajo. Su problemática
La palabra «mob» (del
latín «mobile vulgus») ha sido traducida como multitud, turba, muchedumbre y «to
mob» como «acosar, atropellar, atacar en masa a alguien. El término mobbing,
aplicado al ámbito laboral se utiliza para describir situaciones en las que un
sujeto se convierte en blanco o diana del grupo al que pertenece, siendo
sometido por éste o por alguno de sus miembros- con la permisividad del resto-,
a una persecución que le va a producir importantes trastornos en su salud,
tanto física como psíquica, siendo necesario en muchos casos la asistencia
médica y psicológica.
Leymann
propuso la siguiente definición: el mobbing o terror psicológico en el ámbito
laboral consiste en la comunicación hostil y sin ética, dirigida de manera
sistemática por uno o varios individuos contra otro, que es así arrastrado a
una posición de indefensión y desvalimiento, y activamente mantenido a ella…
Miguel
Barón Duque lo define como acciones recurrentes
censurables o claramente negativas que van dirigidas contra empleados concretos
de manera ofensiva y pueden tener como consecuencia la marginación de éstos en
la comunidad laboral. El mobbing se caracteriza por el secreto en el
comportamiento de quien lo practica, la capacidad de la víctima para sentirse
culpable y la permisibilidad de los testigos.
Los rasgos más habituales
del acosador son la mediocridad, envidia, narcisismo, necesidad de control,
oportunismo, falta de transparencias.
Los acosados son personas
excepcionales con una gran capacidad de trabajo y sentido de la
responsabilidad.
González
De Rivera clasifica a los sujetos susceptibles de sufrir
mobbing en tres categorías: a) los que denomina envidiables, que son personas brillantes y atractivas, pero
consideradas como peligrosas o competitivas por los líderes implícitos del
grupo, que se siente cuestionados por ellos; b) las personas vulnerables son aquellas que por tener
alguna peculiaridad o defecto, o por ser personas habitualmente necesitadas de
afecto y aprobación, parecen inofensivos e indefensos, siendo por tanto más
fáciles de agredir; c) por último, están las personas amenazantes, trabajadores activos y eficaces, que ponen en
evidencia lo establecido y predispuesto, permitiéndose el planteamiento de
reformas o modificaciones, lo que asusta a los acosadores.
Elementos que identifican
el fenómeno mobbing:
Según Artazcoz Lazcano
·
La continuidad: una vez a la semana
durante seis meses
·
El sujeto paciente: suele ser una única
persona
·
La finalidad: aislamiento de la víctima
·
Las conductas: atacar dignidad, capacidad
profesional, vida privada y cualidades físicas y morales de la víctima
·
La manifiesta injusticia de la situación y
de las conductas
Según Guevara Ramírez
·
Maltrato
·
Se dirige contra un trabajador
·
Carácter continuado y deliberado
·
Ánimo de provocar malestar, humillación y
hostilidad
·
Trata de desestabilizar a un trabajador y
minarlo emocionalmente
·
Puede llegar a actos de violencia física o
psíquica
·
El trabajador puede haber tenido un
excelente desempeño
·
Puede ser difícil demostrar los hechos
para realizar denuncia
·
Su fin último es que el trabajador
renuncie
Gravedad del mobbing
1.
Mobbing de primer grado: la víctima logra
resistir, consigue reincorporarse al mismo puesto que el acosador.
2.
Mobbing de segundo grado: no resiste,
sufre incapacidad mental o física, temporal o prolongada, y tiene dificultades
para reincorporarse al trabajo.
3.
Mobbing de tercer grado: es incapaz de
reincorporarse al trabajo, improbable la rehabilitación, a menos que sea
sometido a tratamiento especializado.
Para que exista el
mobbing son necesarios al menos tres factores: un acosador, una víctima y la
complicidad de quien asiste a ese maltrato.
El mobbing aparece como
consecuencia de una relación asimétrica de poder. La asimetría puede provenir
de la experiencia-formación o bien de cualidades diferentes entre agresor y
víctima.
Los sectores en los que
más casos de acoso labroal se producen son la Administración Pública, la
sanidad y la educación.
Fases del mobbing
1.
Primera fase. Fase de conflicto. La
víctima comienza a ser criticasda por la forma de hacer su trabajo.
2.
Segunda fase. Fase de mobbing o de
estigmatización. Agresiones cotidianas que pretenden estigmatizar a la víctima
con el fin de desequilibrarla y lograr que abandone el puesto de trabajo.
3.
Tercera fase, o fase de intervención desde
la empresa. Se toman medidas encaminadas a la resolución positiva del conflicto
(cambio de puesto, fomentar diálogo) o medidas tendentes a desembarazarse del
supuesto origen o centro del conflicto, contribuyendo a la culpabilización del
afectado (su despido por ejemplo).
4.
Cuarta fase, o fase de marginación o
exclusión de la vida laboral.
Obviamente, el desarrollo
de todas estas fases implica la no resolución del problema en ninguna de ellas.
Estrategias frente al
mobbing
1.
Tomar conciencia de la situación
2.
Localizar al acosado
3.
Investigar y analizar los recursos
disponibles y decidir la ´procedencia de la denunica como única posibilidad
para neutralizar la situación del acoso psicológico
4.
Registrar las situaciones de acoso
anotando las fechas, horarios, lugares y posibles testigos
5.
Conservar objetos enviador por el
acosador: cartas, correo electrónico, registro de llamadas telefónicas.
6.
Solicitar ayuda de fomra ordenada.
Síndrome de burnout
El término burnout o “síndrome de desgaste” se
menciona con mayor fecuencia en el ámbito hospitalario.
El síndrome de burnout (BO) introducido por primera
vez, al ámbito científico de la psciología por Freudenberger en 1974,
consiste en una pérdida progresiva de energía que afecta a quienes ejercen
profesiones de ayuda, ocasionando modificaciones en la conducta.
Maslach
y Jackson desarrollaron este concepto definiéndolo en tres
dimensiones características: 1) cansancio emocional, 2) despersonalización y 3)
disminución de la realización personal. Entre sus consecuencias se describen:
cambios conductuales, deterioro de la salud, la aparición de hábitos de vida no
saludables, actitudes defensivas e incremento de ausentismo laboral.
La edad y la experiencia
laboral se tornan en factores protectores frente al desgaste profesional.
El
autocuidado, una responsabilidad ética
El aumento de la
tecnología, la institucionalización de los cuidados en salud, la alta demanda y
presión asistencial así como la permanente exigencia de actualización técnica,
ponen al profesional de la salud en una situación de alta tensión en su labor.
La ética en la atención
al paciente tiene por objetivo fundamental la calidad en la atención, pero como
se trata de ética, la calidad no se puede imponer. Si bien se nos puede obligar
a hacer algo, nadie nos puede obligar a querer hacerlo. Algo similar ocurre con
la calidad y la excelencia ética: para hacerlo bien, para atender
excelentemente al paciente, hay que quererlo hacer; la excelencia no se puede
imponer.
Freudenberg
acuñó el término de Síndrome de Burn Out o de desgaste profesional como un
estado de fatiga o frustración que aparece como resultado a la devoción de una
causa, a un estilo de vida o a una relación que no produce las recompensas
esperadas. Es una reacción a la exposición constante a la tensión emocional que
implica el trabajo en ámbitos principalmente asistenciales que se da en
personas con una fuerte vocación de servicio.
Maslach
y Jackson lo redefinen como una respuesta a un estrés emocional
cuyos rasgos principales son el agotamiento físico y psicológico, una actitud
fría y despersonalizada en la relación con los demás y un sentimiento de
inadecuación a las tareas que se han de realizar.
Filgueira
Bouza ofrece una nueva definición: es un síndrome de
agotamiento físico y emocional que afecta a los profesionales de servicios
humanos generando una incapacidad laboral y sentimientos de impotencia para
enfrentarse a la tarea. Sus manifestaciones más significativas son el
desarrollo de una imagen negativa de sí mismo y falta de interés por los
usuarios del servicio.
Para hablar de
autocuidado es imprescindible el reconocimiento de estar en riesgo, y reconocer
la situación de riesgo es a su vez aceptar la condición de vulnerabilidad. Una
de las estrategias para amortiguar las consecuencias de la labor profesional,
del desgaste emocional y del Síndrome de Burn Out es la práctica del
Autocuidado.
Orem
define Autocuidado como aquellas actividades que realizan los individuos, las
familias o las comunidades, con el propósito de promover la salud, prevenir la
enfermedad, limitarla cuando existe o restablecerla cuando sea necesario.
Para educar la
responsabilidad del paciente sobre su salud es imprescindible reconocer los
propios estados de necesidad.
Autor del resumen: César Mauricio Martínez (Médico en Formación de la UA de Bioética).
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